Hay que revelarle al niño sus orígenes genéticos. |
Hace 20 años la postura científica no estaba clara. Algunos autores recomendaban contarle al niño los orígenes genéticos y otros no. Actualmente, la amplia mayoría de las investigaciones sugieren mantener una postura de apertura hacia el niño, ya que evidencian que no decírselo y mantener el secreto puede causar un daño psicológico importante en el niño. Esto es, la no revelación suele tener consecuencias muy negativas en aquellas personas que descubren sus orígenes genéticos a edades no apropiadas (adolescencia o edad adulta). Es de resaltar que no existe evidencia de qué sucede con aquellas personas que nunca llegan a conocer sus verdaderos orígenes genéticos, porque obviamente no participan en estudios.
En este sentido, se propone que los profesionales de la salud deberían brindar información a la pareja sobre cuándo, cómo y quién debe decirle al niño, ya que el secreto siempre estará presente en la mente de quienes lo llevan y, por consiguiente, la pregunta: ¿Me aceptaría mi hijo como su madre/padre si supiera que no soy “completamente” su madre/padre? Existe evidencia en cuanto a que en una relación afectiva es más beneficioso si no se tienen secretos. Específicamente, en relación a los secretos entre padres e hijos, se ha estudiado que los niños descubren las “claves ocultas” que desarrollan sus padres a la hora de hablar entre ellos sobre lo que se le está ocultando, y esto genera un distanciamiento en la relación.
Lo cierto es, que cada vez son más las parejas que recurren a tratamientos de reproducción, y aún más con donación de gametos por diversas circunstancias, una de ellas es la edad a la que deciden tener un niño. En FivMadrid pensamos que una labor importante que tenemos como profesionales de la salud es concienciar a estas parejas de la importancia de la decisión sobre ser padres, más allá de las dificultades que puedan surgir en el camino.
El deseo, los proyectos, y la ilusión con la que estos pacientes acuden a una clínica de reproducción difícilmente desaparezcan al no haber una relación genética –total o parcial- con su hijo. Por tanto, es recomendable no minimizar el impacto de la donación de gametos, pero sí naturalizarlo como lo que es: un medio para alcanzar un fin. Esto ayudará a que estas parejas puedan sentir más seguridad al momento de tomar la decisión de revelar este secreto a sus hijos, ya que habrán cursado por un proceso de reflexión y fundamentación. La Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida establece que la donación: “… será anónima y deberá garantizarse la confidencialidad de los datos …” Y que, “… los hijos nacidos tienen derecho por sí o por sus representantes legales a obtener información general de los donantes que no incluya su identidad”. Por tanto, la Ley deja libertad y responsabilidad a los padres sobre si contarle al niño sus orígenes genéticos o no.
El Grupo de Interés en Psicología confirma su postura sobre la importancia de ofrecer a los pacientes la información de las ventajas que tiene contarle al niño sus orígenes, sin perjuicio, obviamente, de respetar las decisiones de cada padre y madre sobre si finalmente deciden contarlo o no.
Dra. Giuliana Baccino Responsable de la Unidad de Psicología y del Departamento de Investigación en Psicología de FivMadrid.
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