La disfunción reproductiva conlleva un alto grado de estrés. |
Desear
tener un hijo y no poder alcanzar ese deseo espontáneamente produce estrés,
angustia y, en algunos casos depresión. El objetivo de este artículo es ayudarles
a conocer los sentimientos que habitualmente surgen en el proceso de búsqueda
de un hijo cuando se recurre a tratamientos de reproducción asistida y darles algunas pautas
para intentar que este camino sea lo menos dificultoso posible.
El
estrés está íntimamente relacionado con la experiencia de infertilidad, como
resultado de la dificultad para concebir un hijo, de no saber cuál es la causa
de infertilidad, desconocer si se va a lograr una gestación algún día y de la
presión que se siente desde el mundo exterior.
Las
parejas con problemas reproductivos suelen referirse a la infertilidad como la
peor crisis de sus vidas y dado el elevado nivel de estrés que soportan, frases
como “esto es lo peor que me ha pasado en
la vida”, son muy frecuentes.
¿Qué hacer?
- El primer paso es
saber que este es un proceso habitual en parejas con problemas
reproductivos.
- El segundo paso es
pedir ayuda. Recordar que habitualmente los centros de reproducción
cuentan con psicólogos especialistas en psicología de la reproducción, que
podrán guiarlos y acompañarlos en el proceso.
¿Sientes algunos de éstos estados de ánimo?
Ansiedad. Producto de la
incertidumbre y de la imposibilidad de prever si finalmente se logrará una
gestación, las parejas suelen pasar por fuertes estados de ansiedad, con una
sintomatología muy característica: dificultad para respirar, cansancio, mareos,
fuertes dolores de cabeza…
Depresión. El propio concepto de
infertilidad resulta en muchas ocasiones intolerable para quienes la padecen. La
depresión es muy frecuente en pacientes con problemas reproductivos con índices
equiparables a aquellos pacientes con diagnóstico de cáncer, dolor crónico y
enfermedades cardiovasculares.
Enfado. “¿Por qué a mí?” es una frase muy frecuente en aquellos que buscan una explicación a su infertilidad.
Están enfadados, pero no saben explicar bien con quién, si con ellos mismos,
con su pareja, con el médico que les ha dado el diagnóstico, o con algún ser
superior que los está castigando.
Sensación de: “nada tiene sentido en mi vida si no tengo un
hijo”. Es
fundamental para la salud mental de los pacientes tener en marcha otros
proyectos además del de tener un hijo. Si el tratamiento fallara, tener en
mente otras actividades que nos gustaría hacer y que las hemos dejado a un
lado, nos ayudarán a pasar este momento difícil y recomenzar con ilusión un
nuevo tratamiento.
Sensación de engaño. Habitualmente, los
pacientes llegan a la consulta después de haber recabado todo tipo de
información en libros, internet, televisión, con amigos, conocidos, en otras
consultas, etc. Como es previsible, cada una de estas vías de información tiene
sus propias fuentes, con mayor y menor rigor científico, por lo que no siempre
coinciden y el paciente suele desconfiar de todo lo que se le dice por el
propio exceso de información no siempre acertada.
Tristeza vs. Esperanza. La oscilación del humor
es característica de los pacientes en reproducción. Un día pueden estar
esperanzados con el tratamiento, deseosos de comenzar y otros días, deseando
irse, sin querer escuchar y con poca receptividad.
¿Cómo mejorar estas sensaciones?
- Vivir esta
experiencia de a dos, como pareja, sentirse acompañado por el otro. Aunque
no siempre puedan acudir a consulta juntos, lo fundamental es sentir y
saber que el otro está presente.
- Pedir ayuda cuando
lo consideren necesario. Los psicólogos son muy útiles en estos momentos y
les proporcionarán herramientas para ayudarles a sobrellevar las
situaciones más difíciles.
- Preguntar todo lo
que les viene a la mente, expresarle al médico o a cualquier miembro del
equipo lo que sienten, las preocupaciones que tienen.
- Es fundamental
tener otros proyectos en marcha, además del de ser padres. Centrarse en un
único objetivo que no depende totalmente de nosotros, no resulta
beneficioso, sobre todo cuando no sabemos cuándo se logrará ese objetivo.
- No vivir el tratamiento
como la última opción para ser padres, sino como un tratamiento que todos
esperamos salga bien, pero al mismo tiempo puede que no sea el último.
¿Por qué mi pareja y yo no sentimos lo mismo ante la misma situación?
Las
diferencias de género entre hombres y mujeres hacen que cada uno responda de
forma diferente ante las diversas situaciones a las que se tienen que enfrentar
variando sustancialmente el estado de ánimo, la implicación en el tratamiento...
Además los tratamientos de reproducción incidirán físicamente más sobre la
mujer.
Cuando
una pareja se enfrenta a un problema reproductivo, la mujer tiende a expresar
su tristeza llorando y refugiándose en sus seres queridos. El hombre sin
embargo, suele adoptar conductas de evasión y busca refugiarse en su trabajo,
en salidas con amigos… Esto no quiere decir que uno esté más angustiado e
implicado con el proyecto que el otro, sino que cada uno expresa su malestar a
su manera.
Ante este contexto es importante:
·
Saber
que si bien dentro de la pareja se tienen diferentes reacciones, ambos están
pasando un momento difícil.
·
Tener
un diálogo fluido entre la pareja con respecto a estas reacciones.
·
Respetar
las manifestaciones de angustia de cada uno.
Dra. Giuliana Baccino Responsable de la Unidad de Psicología y del
Departamento de Investigación en Psicología de FivMadrid.
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